viernes, 4 de octubre de 2013

FABRA AL BANQUILLO

El comienzo del juicio contra Fabra es una pequeña victoria del Estado de derecho. Después de 10 años, en la que han intervenido hasta nueve jueces, y cuatro fiscales, parece que ahora si el expresidente de la Diputación de Castellón tendrá que responder de acusaciones de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal, por lo que el ministerio público requiere 13 años de cárcel, multa e indemnización.
El caso Fabra, antiguo patrón de la provincia de Castellón, surgido en 2003, fue el primero de una larga serie de escándalos en la Comunidad valenciana.
Carlos Fabra es propagandista de la teoría de que las urnas lo absuelven todo. Sentó esa historia tras la mayoría absoluta conseguida en las elecciones municipales y autonómicas de 2007, cuando el llevaba tres años imputado judicialmente.
Si cada partido hubiera limpiado a tiempo los establos, personas como este personaje habrían desaparecido de la vida pública. No lo hicieron en su día y ahora penan su tolerancia con el descrédito de los ciudadanos. Pero no escarmientan. Alberto Fabra, que llegó a la presidencia de la Generalitat valenciana con el encargo de apartar a los sospechosos de su partido, ha expresado su simpatía personal por Carlos Fabra en vísperas del juicio.

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