viernes, 18 de octubre de 2013

EL LUJO DEL OBISPO

Franz-Peter Tebartz-van Elst ha pasado de ser el obispo más joven de Alemania al más denostado del país. Su apego al lujo se ve en la Conferencia Episcopal alemana como una amenaza al catolicismo germano, que hace tres años registró más deserciones que nunca por culpa de los escándalos de pederastia.
Tebarrtz-van Elst, obispo de Limbur, ha ocupado esta semana titulares de los informativos del país por el alto precio de la construcción de su residencia, el obispado que ha superado los 30 millones de euros. Tal dispendio ha generado ya un nuevo goteo de deserciones y ha llegado hasta el Vaticano, donde el presidente de la Conferencia Episcopal, abordará el asunto con el papo Francisco, el defensor de los pobres.
La pérdida de feligreses en Alemania tiene un repercusión inmediata en las finanzas de la Iglesia, porque son aquellos que sufragan directamente sus gastos con el impuesto religioso.
Basta con una gestión administrativa para dejar de pagar. De modo que el lujo de este obispo le sale muy caro a todo el clero.
En la diócesis de Limburg, donde se registraba una deserción cada dos días, la semana se ha iniciado con los peores presagios, una veintena de fieles al día han dejado la Iglesia.
Cuentan los cronistas que el obispo está desde el domingo en Roma, donde aterrizó de manera discreta para intentar parar lo que parece inevitable, sus destitución. La campaña abierta por sus feligreses para que sea expulsado es tan dura que hasta la canciller Angela Merkel, hija de un pastor protestante, se ha involucrado en el asunto.

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