martes, 15 de octubre de 2013

UN GUIÑO A LA VIDA

Pasar rápido por el mundo no siempre quiere decir no dejar huella, y eso lo ha conseguido ella, las huellas que dejaron sus neumáticos en la pista y las que dejó con su sonrisa en la vida.
Ante personas que luchan para seguir aquí, para hacer ver a los demás que lo que a simple vista es una minusvalía obligada se puede convertir en un guiño voluntario a la vida, solo no puede quedar el reconocimiento y quitarnos el sombrero. Y es que alguien como María de Villota no se podía ir de aquella manera repentina, una persona así merecía una vuelta más de despedida, vuelta en la cual nos ha dado el ejemplo a todos de que tenemos un regalo entre las manos y debemos disfrutarlo cada segundo, que hay que agarrarse con fuerza a este mundo y no hundir nuestro tiempo en lamentos, sino aprovecharlo luchando por lo que queremos.
Pionera, luchadora, ejemplar. No se puede hacer justicia con palabras a quien con hechos lo dijo todo. Recordemos su continua sonrisa, sus ganas de agarrarse a la vida, y pongamos de fondo el ruido de un motor a este último adiós.

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