Es de destacar la influencia que tiene, el Banco Central Europeo en contener la inflación en Europa y sus sucesivas inyecciones de liquidez a los mercados. Pero que, en plena crisis europea, destine 1.300 millones a la construcción de su sede social se convierte en una cierta provocación.
El BCE, junto a otros integrantes de la troika, exige austeridad a los ciudadanos de países integrantes de la UE, y por ese motivo sería bueno que predicara con el ejemplo. Si ese elevado capital fuese destinado a inversiones productivas, se crearía riqueza y se generaría empleo.
Tiempo habría en el futuro, una vez Europa saliera de la crisis, de construir la nueva sede que, tal vez siendo necesaria, podría ser menos ostentosa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario