miércoles, 7 de agosto de 2013

EL PEÑON DE GIBRALTAR

Con Gibraltar "se ha acabado el recreo de la época de Moratinos", ha dicho estos días el ministro de Exteriores. Se refería (Madrid-Londres-Gibraltar) constituido hace nueve años por iniciativa del que fuera ministro de José Luís Rodríguez Zapatero(que casualidad) para resolver de manera ordenada y consensuada los problemas de diverso tipo de los habitantes de la zona de ambos lados de la verja. Si Margallo quiere decir que ese acuerdo no ha resuelto el problema de Gibraltar, tiene razón, a condición de que acepte que tampoco lo resolvieron los intentos de lograrlo presionando a los habitantes del Peñón, como cuando en 1969 Madrid decidió cerrar la verja.
Ahora el Gobierno del PP vuelve a una línea de dureza en respuesta, según Exteriores, al reciente episodio del lanzamiento, de decenas de bloques de hormigón en aguas de la bahía de Gibraltar para perjudicar a los pescadores que faenan por la zona. Sin embargo, la causa del giro de Exteriores de Rajoy no asume la estrategia de Moratinos y cree que ha llegado el momento de una respuesta contundente a Reino Unido.
Es cierto que las autoridades de la colonia aplicaron una política de hechos consumados al ocupar el istmo para construir un aeropuerto y la más reciente indican su voluntad de hacer lo mismo respecto a la jurisdicción sobre una parte de las aguas de la bahía.
España debe defender sus intereses, pero sin envenenar las relaciones con Reino Unido, tan importantes hoy para los intereses de los españoles como la lógica aspiración de recuperar la soberanía del Peñón. A lo que si cabría añadir que tampoco es buena idea que cada ministro de Exteriores se sienta en la obligación de enmendarle la plana a su predecesor.

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