jueves, 22 de agosto de 2013

QUIQUE SETIEN, UN ENTRENADOR QUE PIDE LUCIDEZ Y OSADIA

El triunfo requiere casi siempre mudar rutinas y tomar un sendero desconocido e incómodo. Quique Setién, un radical, habló nada más llegar a Lugo con los zagueros del equipo. Les pidió que reclamaran la pelota y la sacaran jugando y desterraran el desplazamiento en largo par dividir su disputa. Encontró miradas de incomprensión. Curtidos en campos de segunda B y tercera, en canteras con técnicos amigos de atajos, del grito de cuerpo a cuerpo, jamás les habían invitado a nada semejante. Superado el estupor, uno de ellos atinó a preguntar que ocurriría cuando perdiera el balón en una zona sensible, el rival marcase y arreciasen los abucheos de la grada. "La culpa de ese gol, y de los que vengan así me los apuntaré yo" le replicó Setién. Han pasado el tiempo y los centrales. Al Lugo no le va mal, por más que su estilo ya tan marcado a fuego que en ocasiones le haga previsible y convierta algunos partidos, como el sábado ante el Numancia, en un trasiego más horizontal que vertical. Y ahí Setién redobla su apuesta, pide lucidez y osadía. Tipos como Setién apuestan por cambiar lo establecido, no estaría de más disfrutarlo.

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