jueves, 8 de agosto de 2013

INDULTO CON SOSPECHA


El ingreso en la prisión de Soto del Real, de Daniel Galván, el pederasta indultado por el rey de Marruecos, atempera el escándalo generado por su excarcelación, pero en absoluto cierra un episodio  que ha desatado la lógica alarma social.
El suceso deja en muy lugar a todas las partes implicadas, Marruecos y España. Liberan a un hombre condenado a 30 años por abusar de al meno 11 niños, en un país tan sensibilizado con la pederastia y el turismo sexual, ha colocado al monarca aludí en un situación insostenible ante sus ciudadanos.
Pero el hecho de que Marruecos haya cometido el error no debe servir al Gobierno Español para escurrir el bulto. El Ministerio de Exteriores faltó a la verdad en las primeras horas de la polémica cuando responsabilizó a las autoridades marroquíes de elaborar las listas de los presos, que fueron en realidad presentada por la embajada española. Solo las respuestas claras podrán diluir las sospechas, sugeridas por la prensa marroquí, de que Galván, oriundo de Irak, recibió un trato de favor al estar protegido por los servicios secretos españoles, a pesar de la gravedad de sus delitos.

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