sábado, 17 de agosto de 2013

NUESTRA SANIDAD PUBLICA

El sistema sanitario público español empieza a causar los efectos de los recortes y de unas reformas que se han emprendido sin las correspondientes explicaciones y en contra de la gran mayoría de usuarios y profesionales. El barómetro sanitario de 2012 que el Ministerio de Sanidad hizo público de prisa y corriendo esta semana acusa ese desgaste, por primera vez la satisfacción general con el sistema cae, y ya van dos años en que desciende el número de quienes piensan que la sanidad funciona bien a secas o bien con necesidades de mejora.
Tras años de complacencia por ser considerada una de las mejores del mundo, la opinión sobre la atención sanitaria está en caída libre. Solo la inercia o el agradecimiento de sus usuarios al trabajo de unos profesionales menguados y cada vez peor pagados evita que este tipo de encuesta arroje resultados aún peores. A esto último apunta que sea mejor la opinión de quienes han usado un servicio en concreto que de quienes hablan sin haberlo experimentado. O sufrido.
La marea blanca, la baja nota que los ciudadanos dan a la ministra Ana Mao(una de las peores de todo el Ejecutivo en todas las encuestas), el hecho de que la sanidad sea ya uno de los cinco problemas de los españoles según el CIS o el rechazo que el propio barómetro recoge a medidas como aumento de copagos son la prueba de que la confianza de los usuarios se está perdiendo. Y como cualquier médico sabe, lo primero para tratar a un paciente es que este confíe.

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