EL LUJOSO RETIRO DEL CARDENAL BERTONE

No se pronunció el Papa Franciso sobre las bondades de convivir con aquellos lobos que oscurecieron el papado de Benedicto XVI. Quizá Francisco desconocía entonces los planes de la mano derecha de su antecesor, el que fuera todopoderoso secretario de Estado Tarsicio Bertone, un cardenal, incapaz, de adaptarse al nuevo mandato del Papa, que desea una Iglesia sencilla para los pobres.
No es el estilo de Bertone. Cardenal detestado en el anterior papado por la acumulación de poder, le están preparando un lujoso ático de 700 metros cuadrados dentro del Vaticano, pegado justamente al hotel casa de Sta. María donde Francisco ocupa una habitación de 70 metros cuadrados. Como ahora demuestra el propio Bertone, terminar con el lujo de la curia no va a ser tarea tan fácil.
Bertone tuvo que esperar, cuando fue nombrado, para poder ocupar el apartamento que correspondía a su cargo. Se prepara ahora su retiro de lujo en el que van incluidas las atenciones de las tres monjas que siempre le han acompañado. Un buen servicio, donde las religiosas cuentan poco y no votan, pero asisten solícitas a los miembros de la curia.