Parece que, a pocas semanas de las elecciones al Parlamento Europeo, esta cámara ha decidido dar un gran paso en favor de los ciudadanos de la Unión, concretamente en su capacidad de comunicarse e interactuar como miembros de un único Estado. Este paso ha supuesto la eliminación de las tarifas de roaming, por lo que a partir de diciembre de 2015 los habitantes europeos no tendrán que reducir sus comunicaciones cuando salgan de su país por miedo a que la factura del móvil se les dispare.
En principio, esta puede no parecer una medida de vital relevancia, pero tras muchos acuerdos económicos, ruedas de prensa conjuntas y fotos de grupo donde se apiñan decenas de ministros de los 28, esta parece ser una de las primera medidas que afecta a los ciudadanos de forma directa. Y es que si hoy es un espacio de comunicaciones único, mañana podría tratarse de un tejido empresarial cohesionado, o de un sistema educativo común y, poco a poco, podríamos alcanzar esos Estados Unidos de Europa de los que conceptos tan en boga como ultranacionalismos, eje franco-alemán, prima de riesgo parecen estar alejándonos.
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