La hepatitis C es una enfermedad crónica del hígado que afecta en España aproximadamente a un millón de personas. Gran parte de ellas adquirieron la enfermedad a través de transfusiones sanguíneas o inyecciones realizadas en nuestro sistema sanitario cuando aún no se conocía esta enfermedad y no se tomaban las medidas de prevención necesarias.
Hace unos meses, han aparecido nuevos fármacos aprobados por la Agencia Europea del Medicamento con capacidad para curar al 90% de los enfermos sin apenas efectos secundarios, el problemas es el alto precio de los mismos. El Ministerio de Sanidad solo autoriza su uso con requisitos muy estrictos pero, sin se retrasa el tratamiento, en muchos casos la enfermedad puede evolucionar a cirrosis o cáncer de hígado. Mientras nuestro Gobierno se gasta 2.400 millones de euros en rescatar a las constructoras y sus bancos por unas autopistas innecesarias, miles de personas esperan o desaparecen, que ese mismo Gobierno apruebe los medicamentos que les pueden salvar de una futura cirrosis y cáncer hepático.
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