En España estamos asistiendo asombrados e indignados a una avalancha de corrupción generalizada. Muchos españoles esperamos una justicia rápida que sancione no solamente a los corruptos, sino también a los corruptores, a todos aquellos que han pagado o intermediado propiciando actos ilícitos.También se debería apartar de sus cargos, hasta que se aclare su situación, a todos aquellos imputados en los que la justicia ve claros indicios de que se han cometido presuntos delitos.
Y un pedido especial a los políticos de todos los partidos que no traten de explicar lo inexplicable menospreciando la inteligencia y el sentido común de las personas. Por lo tanto, Mariano Rajoy tiene que intervenir con contundencia en la clarificación de las informaciones que están apareciendo con motivo del caso Bárcenas. La opinión pública podrá suponer que el primer interesado en descubrir y denunciar a quien haya hecho acusaciones falsas y mienta es el Presidente del Gobierno.
En un momento en que se pide a la sociedad asumir duros sacrificios, el partido del Gobierno no se puede permitir el lujo de dejar sombras de duda.
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