Afirmaba el filósofo José L.
Pardo en el País que cuando un alumno comete ciertos errores garrafales no
debería ser suspendido ni aprobado, sino ni siquiera calificado, ya que
semejantes dislates demostrarían que no reúne las condiciones previas
necesarias para ser evaluado.
Esto me hace recordar dos
afirmaciones recientes: una de Mariano Rajoy y otra de la Ministra de Sanidad
Ana Mato.
Rajoy, preguntado por
"los papeles de Bárcenas", dijo "desde luego, todo lo que se
refiere a mí y que figura allí...no es cierto salvo alguna cosa", que es
lo que han publicado los medios de comunicación, o dicho de otra manera: “es
absolutamente falso”. La ministra, preguntada por los regalos que confirma el
informe de la policía, declaró "si se refiere a los artículos de 300
euros, sinceramente no los conservo ni recuerdo haberlos recibido". Quién
nos iba a decir que lo mínimo que podía esperarse de un político preguntado
por un asunto tan grave era una buena trola.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario