No acabo de entender por qué se intenta dar tanta trascendencia a
la publicación de las declaraciones de la renta de los políticos, como si eso
fuera paradigma de la transparencia que garantizase la honradez de los
declarantes.
¡Como si los
dineros de origen dudoso no confesable fuesen a reconocerse en las
declaraciones del IRPF! En consecuencia, si tanto en el caso de los políticos
honestos como en los corruptos, sus declaraciones aparecerán limpias, ¿Qué
valor tiene el que las hagan públicas? A lo sumo, podría resultar indicativo de
que algo impopular ocultan aquellos que se niegan a publicarlas.
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