La policía europea ha descubierto una red, con sede en Singapur dedicada a
sobornar árbitros, jugadores y directivos con el fin de amañar partidos y
obtener muchos beneficios en el circuito de apuestas ilegales. Se calcula que
en Europa fueron amañados unos 150 partidos incluidos encuentros
clasificatorios para el Mundial.
El escándalo de las apuestas en el fútbol italiano fue una advertencia
a la que, por lo visto, las instituciones deportivas no han respondido.
Los mecanismos del fútbol para defenderse de estas actividades ilegales son
débiles. Las federaciones nacionales suelen fiarse de la conducta de
deportistas y directivas.
El mayor riesgo es la aparición del juego y las apuestas online. La
respuesta debe ser la organización de controles que obstaculicen la
manipulación de los partidos, siendo la respuesta rápida, porque se si instala
la sospecha de que las ligas nacionales soportan niveles elevados de fraude, el
negocio del fútbol puede desaparecer.
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