Hoy en día los deportes no se valoran por su belleza ni por su dificultad, sino por el espectáculo que ofrecen al público. En los medios de comunicación se puede apreciar cómo se otorga preferencia a un deporte en particular: el fútbol. Y no es de extrañar, ya que el fútbol es una máquina de producir dinero que mueve millones de euros.
Esta repercusión empresarial ha afectado a los deportes minoritarios. Han quedado relegados en el protagonismo en TV o en la prensa deportiva. Un peinado de un jugador famoso de fútbol llega a ser más importante que los oros ganados en otras disciplinas deportivas.
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