martes, 23 de abril de 2013

BARROTES DE CUATRO ESTRELLAS

Ahora que hay tanto político procesado en España por delito de corrupción, conviene que estos se fijen en la experiencia por la que pasan sus colegas en otro países. La del británico Chris Huhne puede resultarles muy interesante en el futuro. A este individuo que le cayeron ocho meses de cárcel, por obstrucción a la justicia y otros tantos a la que fue su esposa en aquel entonces, por mentir. Iban a multarlo por conducir con exceso de velocidad (111 Kms. hora en una zona limitada a 80) y convenció a su esposa que fuera ella la que se declarara culpable. Tiempo después, la mujer cantó cuando el tal Huhne se había liado con su jefa de prensa. Al conocerse que Huhne había querido engañar a la policía, tuvo que dimitir. Abandonó su cargo como Ministro de Energía e Industria y también su carrera política, y aceptando sus cargos.
A nuestro políticos podría interesarles, no la justicia británica, deberían más bien, fijarse en las características de la prisión abierta de Leyhill, donde cumple su condena. Tiene 3 pistas de tenis para los reclusos, un campo de fútbol, otro de hockey sobre hierba, gimnasio con clases de pilates y, en fin, una cantina donde borrar las penas consumiendo los productos biológicos cultivados en los huertos de la propia cárcel. Y por supuesto llaves de la celda, para entrar y salir cuando uno guste.
Quizá las demoras eternas de la justicia española para pronunciarse, y la falta de reflejos de nuestros políticos para dimitir, tengan que ver con el diseño de las cárceles. Si en España hubiera instalaciones que se ajustaran al perfil y al gusto de los procesados más "vip", seguro que las cosas empezarían por fin a fluir con más rapidez.
Para no repetir con el tenis, fútbol, hockey o el gimnasio. Pongamos una cárcel con acceso a pistas de esquí en invierno y para variar, en verano, rutas de alpinismo.

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