
A nuestro políticos podría interesarles, no la justicia británica, deberían más bien, fijarse en las características de la prisión abierta de Leyhill, donde cumple su condena. Tiene 3 pistas de tenis para los reclusos, un campo de fútbol, otro de hockey sobre hierba, gimnasio con clases de pilates y, en fin, una cantina donde borrar las penas consumiendo los productos biológicos cultivados en los huertos de la propia cárcel. Y por supuesto llaves de la celda, para entrar y salir cuando uno guste.
Quizá las demoras eternas de la justicia española para pronunciarse, y la falta de reflejos de nuestros políticos para dimitir, tengan que ver con el diseño de las cárceles. Si en España hubiera instalaciones que se ajustaran al perfil y al gusto de los procesados más "vip", seguro que las cosas empezarían por fin a fluir con más rapidez.
Para no repetir con el tenis, fútbol, hockey o el gimnasio. Pongamos una cárcel con acceso a pistas de esquí en invierno y para variar, en verano, rutas de alpinismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario