sábado, 20 de abril de 2013

EL GOBIERNO NO DEBERIA CEDER A LAS PRESIONES DE LA IGLESIA

El Cardenal Rouco Varela ha vuelto a refrescarnos la memoria que la institución la cual preside, no ceja en el intento que los Gobiernos democráticos se plieguen a sus directrices. Lejos de poner el acento en la austeridad interna de la Iglesia o en la ayuda a una sociedad que lo está pasando mal con la crisis, Rouco la emprende con el Gobierno porque teme que no aproveche la mayoría absoluta para cambiar la legislación sobre el aborto o poner fin al reconocimiento legal de los matrimonios homosexuales. Además, advierte a los políticos católicos contra la tentación de dejarse llevar por el relativismo.
La intervención del cardenal ha alcanzado mayor repercusión por la coincidencia de su discurso con la primera visita de Mariano Rajoy, al Papa Francisco. Aunque el discurso del jefe de los obispos estaba preparado de antemano, lo cierto es que constituye un "más" para las corrientes conservadoras que critican a Rajoy por parecerles un político demasiado templado.
Desde la oposición se exige al ejecutivo que no ceda a las presiones de la iglesia para limitar la libertad de las mujeres, a propósito de los intentos de echar abajo la legislación del aborto.
El gobierno del PP, como hizo en su momento el SOE, tampoco deberá actuar por presiones eclesiásticas. Hora es de que las fuerzas políticas de menos importancia a lo que el episcopado dice o deja de decir, y hora es también de que la Iglesia se dedique a sus asuntos.

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