
Para el señor González, la antigua relación con Feijóo con Dorado no aporta nada de su actividad pública, y la foto le produce un daño que no tiene que ver con sus responsabilidades políticas (no opinaban así los de su partido del Señor Quintana exvicepresidente de la Xunta, cuando salieron unas fotos en el yate de un conocido contratista gallego).
Pero publicar unas fotografías cuya veracidad no pone en duda la honestidad de la persona, no solo es legal, sino que forma parte de la información de una democracia.
En hechos terroristas se aceptó es este país derechos fundamentales a la libertad de expresión, y ahora aparece un señor del PP insinuando que una foto de un político con un contrabandista no se puede mostrar porque fue tomada hace 15 o 20 años y molesta al retratado y a sus correligionarios. No obstante el presidente madrileño cuando vio que metió la "patita", matizó horas después que sólo se trata de "ser cuidadoso" con lo que se publica.
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