jueves, 4 de abril de 2013

LA IMPUTACIÓN DE LA INFANTA CRISTINA PONE EN JAQUE A LA CORONA

El juez Castro puso ayer su granito de arena para hacer de esta España un lugar más salubre democráticamente. Y esto que el no menos incorruptible fiscal anticorrupción Horrach, cuya investigación es impecable en el fondo y en las formas, tiene previsto recurrir un auto para la historia. La foto que se tomará el sábado 27 hará más daño a la primera Institución de este país que todos los republicanos juntos en 38 años de eficiente juancarlismo. Esa foto asomará aún más al abismo a la Casa que vio nacer a Cristina de Borbón y multiplicará de piedras en el camino a la gloria del heredero de la Corona.
Hasta aquí las consecuencias generales, las particulares pueden ser la gota que colme el vaso de aquí a un tiempo, la ruptura de una pareja que se antojaba muy sólida. En cualquier caso, no descarten que el día menos pensado desde Palacio se descuelguen con esa noticia cínica: Doña Cristina y Don Iñaqui han convenido el cese temporal de su convivencia matrimonial.
La fortaleza del dúo ducal era incuestionable cuando el agua no pasaba de los pies de la hija del Rey. Ahora que le roza el cuello, todo es posible.

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