La conclusión de lo ocurrido ayer en el Parlamento Gallego es que Beiras ya no está para descalzarse. Tampoco tiene ganas de gobernar. Fue un político, arriesgado y brillante como pocos. El contrapeso intelectual de Manuel Fraga, desde derecho hasta economía pasando por Lengua y Literatura Francesa. Beiras lo tuvo todo para gobernar, incluida una idea muy clara de Galicia, pero cuando miró a su alrededor no tenía país. En su paseíllo por el Parlamento entre los gritos de la Presidenta y la mirada alucinante de algunos del PP, que parecía que iba a caer derrumbado de un infarto. El PP pide que dimita de su escaño y los de la oposición, dicen que existe una provocación por parte de Feijóo, que rechaza una y otra vez responder a preguntas legitimas sobre su relación con el capo de la droga de un tal Dorado.
No se si las formas del Señor Beiras, han sido las correctas o no, pero lo que si está claro es que el Presidente de todos los gallegos debe decir a todos los gallegos, la verdad de toda su relación con Marcial Dorado.
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