En España sería imposible encontrar mecanismos similares a los de
Gran Bretaña. El exministro de Energía del Reino Unido, no solo truncó su
carrera política, sino que además terminó en prisión. Desde el lunes pasado
este político vive y duerme en la celda de una prisión. Este hombre pensará y
se preguntará como le ha tocado lidiar con un sistema tan estricto mientras sus
colegas, los políticos de otros países (pongamos que los españoles) eluden las
condenas y, sobre todo, la cárcel con tanta facilidad a pesar de cometer
delitos mucho más graves.
Chris Huhne, el
nombre de este exministro fue condenado por conducir a 111 Km . hora (hace 10 años)
en un tramo en el que la velocidad máxima era de 80. Para evitar el escándalo,
su esposa que no participaba en la vida pública, se hizo cargo pasar por la autora
de la infracción en favor de su marido. El secreto guardado por la pareja hasta
que en 2010, cuando el decidió emparejarse con su asesora de prensa, ella se
vengó y contó la verdad. El caso es que ahora la venganza de su ex le ha
reportado el castigo: 8 meses de cárcel por mentir a la policía y obstruir la
acción de la justicia.
La historia indica
que Chris Huhne se equivocó, para empezar no eligió el país donde hacer
política (y mentir). En España quizá hubiese encontrado sabios consejos para
eludir la acción de la justicia o echar mano de fórmulas imaginativas optando
por la mentira en diferido.
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