Extracto de la comunicación
remitida por la ONT |
Mi esposa, hace ahora cuatro años trasplantada de corazón, no estaría hoy viva sino fuese por existir la Unidad de Trasplantes. No hay mucho más que decir.
Desde aquí un abrazo fuerte y mi apoyo a los enfermos y sus familias que viven la angustiosa espera de un órgano vital para sus vidas.
Vaya mi solidaridad con los equipos médicos especializados en trasplantes y que habrán sentido un mazazo fuerte días pasados. Solo tenemos palabras de agradecimiento para ellos por su responsabilidad, su vocación y su entrega sin horarios.
Vaya también nuestro abrazo para las asociaciones, fundaciones y miles de voluntarios que realizan un trabajo y su labor en hospitales y con enfermos receptores y trasplantados. !Animo!. Seguiremos luchando.
Y vaya, por último, nuestro rechazo a esta forma vil de hacer política. Nuestro desprecio por las políticas que priorizan el rendimiento económico, el control presupuestario y el apego a su sillón, sobre nuestros sueños y sobre nuestras vidas.
Que no lo consigan.
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