jueves, 28 de marzo de 2013

DIMISIONES EN OTRAS LENGUAS

Un peso pesado del Gobierno Francés, Jerome Cahuzac, ha renunciado al Ministerio de Hacienda tras descubrirse sobre la cuenta que mantuvo supuestamente en Suiza y luego trasladó a Singapur, según reveló en su día un periódico digital. El afectado ni siquiera ha sido procesado, pero el jefe del Estado, Hollande, lo ha echado pese a las protestas de inocencia del ministro. Y la misma actitud que ha provocado las renuncias de dos ministros de Angela Merkel, sospechosos de haber plagiado sus respectivas tesis doctorales. El propio Presidente de la República Federal, Cristian Wulff, un protegido de Merkel, tuvo que renunciar al cargo tras ser investigado por presunto cohecho.
Ni habían sido condenados judicialmente, ni están o estaban procesados en el momento de dimitir. Pero los políticos democráticos no tienen porqué soportar desgastes ni desprestigios de sus partidos a base de poner "manos en el fuego", como se hace en España cuando se sostiene a machamartillo a amigos o correligionarios.
Eso en España no lo entienden los políticos, que prefieren aguantar todo lo que sea necesario antes de reconocer la posibilidad de comportamientos indebidos a costa del propio sistema democrático. Visto lo visto, los políticos solo dimiten, en francés, en inglés, en alemán, pero no en castellano ni en catalán. Así no se puede seguir.

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