jueves, 14 de mayo de 2015

HONRADEZ

Cada vez se parecen más los políticos a los alumnos de los centros educativos. Lo que exigen a los demás tanto como a sí mismos conviven con lo que no tienen aspiraciones ni ganas de pensar en ellos. Sin embargo, el miedo a engrosar las cifras del fracaso escolar y los del pero lleva a la Administración a regalar títulos a quienes no tienen el nivel y a permitir que se explote a los trabajadores con contratos basura.
Se acercan elecciones, pero hemos perdido la ilusión ¿ A quién votar? A gente honrada. ¿Existe? Seguramente sí. Pero el mundo de los adultos se parece demasiado al de los adolescentes. Si hiciéramos una reválida a los políticos al terminar cada curso ¿Cuántos aprobarían? ¿Cuántos reconocerían no haber hecho bien su trabajo?
No es normal recibir un suelo público para enriquecerse de forma ilegal mientras se pide austeridad al resto de la población-

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