YA ES UN POLÍTICO MÁS

Hasta hace poco Albert Rivera parecía un joven político educado, correcto y con bastante sentido común. Un tipo de dirigente que podría jugar un papel destacado para ayudar a la regeneración democrática española. Sin embargo, desde que las encuestas pronostican que su partido, Ciudadanos tiene posibilidades serias de condicionar la estabilidad de gobiernos en media España, Rivera se muestra como alguien demasiado vanidoso y pagado de si mismo. Por desgracia, ya es un político como los demás.